Nota en el Suplemento 4am de La Gaceta de Tucumán
Hay lugar
Punto de vista. Por Luciana Soria - Lic. En Comunicación Social - Asesora de prensa de Karma Sudaca, Luzbel, Jose Miel y Empleado del mes.
Más que musas, groupies o ilustradoras de video clips, en estos últimos años las mujeres comenzaron a servirle al rock desde adentro. Tanto en las bandas, como en la producción de shows, las chicas son esenciales. Aunque en este ambiente todavía somos pocas, la movida en Tucumán se va gestando y hay lugar para todas: muchas se animaron a dejar los coros y agarrar un instrumento o la voz principal, otras se pusieron al frente de productoras y unas pocas manejan bandas. En mi caso, trabajar como agente de prensa de algunos artistas locales es genial. Ser parte de los recitales, las giras, los backstages, los asados y los ensayos hace que el laburo sea más agradable. Reconozco que al principio cuesta hacerse un lugarcito, pero este mundillo que aparenta ser exclusivo de hombres acepta la presencia de chicas, y no sólo de las que merodean por camarines, sino de las que trabajan con las mismas ganas que ellos por un show. Y, más allá de la eterna guerra de los sexos, se dice por ahí que las mujeres están locas, entonces ¿qué mejor aderezo para el rock que ellas?
Punto de vista. Por Luciana Soria - Lic. En Comunicación Social - Asesora de prensa de Karma Sudaca, Luzbel, Jose Miel y Empleado del mes.
Más que musas, groupies o ilustradoras de video clips, en estos últimos años las mujeres comenzaron a servirle al rock desde adentro. Tanto en las bandas, como en la producción de shows, las chicas son esenciales. Aunque en este ambiente todavía somos pocas, la movida en Tucumán se va gestando y hay lugar para todas: muchas se animaron a dejar los coros y agarrar un instrumento o la voz principal, otras se pusieron al frente de productoras y unas pocas manejan bandas. En mi caso, trabajar como agente de prensa de algunos artistas locales es genial. Ser parte de los recitales, las giras, los backstages, los asados y los ensayos hace que el laburo sea más agradable. Reconozco que al principio cuesta hacerse un lugarcito, pero este mundillo que aparenta ser exclusivo de hombres acepta la presencia de chicas, y no sólo de las que merodean por camarines, sino de las que trabajan con las mismas ganas que ellos por un show. Y, más allá de la eterna guerra de los sexos, se dice por ahí que las mujeres están locas, entonces ¿qué mejor aderezo para el rock que ellas?
